El lejano horizonte de la Primera División pasa para el Huesca y el Málaga por El Alcoraz . La reconquista del exquisito caviar de la máxima categoría pasa por la regularidad tanto en casa como fuera y eso buscan los de Ambriz y José Alberto. El mexicano ha visto cómo se torcía su proyecto en Europa después de dos derrotas en El Alcoraz y el entrenador malagueño sueña con copiar las sensaciones que está ofreciendo su equipo en La Rosaleda.
Los altoaragoneses vienen de sumar cuatro puntos en los dos últimos partidos a domicilio y Ambriz dará continuidad a su equipo después de evaluar la recuperación física de sus jugadores tras el triunfo de Montilivi. El entrenador reservará la veteranía de Mikel Rico por la experiencia de Mosquera y mantendrá el resto del once inicial. Medida opuesta a la de su homónimo en el banquillo visitante.
Por su parte, José Alberto prepara cambios en un Málaga que aún no conoce la victoria lejos de La Rosaleda, aunque ha puesto en serios aprietos como visitante a otros gallos de la categoría como Sporting, Almería o Valladolid. Ese es su mejor aval para tratar de dar un espaldarazo ante otro de los cocos de Segunda. El primer triunfo a domicilio daría al Málaga un impulso muy notable y le acercaría de nuevo a la zona de playoff, actualmente a cuatro puntos.
Se antoja seguro el regreso al once de Paulino, una vez cumplida su sanción. Cufré o Escassi también apuntan a novedad en una alineación que volverá a tener en los extremos y la delantera sus puntos más calientes.
Está por ver si el preparador asturiano apuesta por Sekou desde el inicio. El fornido ariete blanquiazul aún no está en su mejor forma y todavía no ha pisado el once. Brandon y Roberto parten con cierta ventaja. También está jugando un papel clave últimamente Jozabed en la mediapunta. En las bandas, amén de Paulino, Kevin es indiscutible, aunque no habría que descartar que tuviera descanso. Por detrás, ejerciendo como diques, gana enteros el regreso del doble pivote Escassi-Genaro, que ya funcionó en Zorrilla hace once días. Ambos se repartieron los 90 minutos el sábado frente al Zaragoza y llegan con las piernas frescas.