Era una cuestión de vida o muerte y el Oviedo se aferró a la vida. Los azules sacaron adelante un partido muy tenso frente al Mirandés. Un penalti transformado por Ortuño fue suficiente para que los azules salgan del descenso y recuperen la fe en la permanencia.
No era un escenario fácil para el Oviedo, pero entró bien al encuentro, aunque no pudieron evitar que Álvaro Rey fuese el primero en probar suerte ante la meta contraria, con un disparo que atajó Lunin. Ibra puso la contestación con dos llegadas, pero Limones también solventó esas acciones. Los azules se volcaban a la banda de Borja Sánchez, que tenía las ideas claras y además forzó la tarjeta de Carlos Julio.
La parada de hidratación le sirvió al Mirandés para rearmarse y hacerse con el control del juego, pero en una contra local, Ortuño sirvió al área e Ibra fue derribado. El penalti pareció claro y Ortuño lo convirtió en el 1-0, para dar oxígeno a los azules.
El segundo tiempo se convirtió en un asedio del Mirandés. Los de Iraola acapararon la pelota y dispusieron de ocasiones para igualar pero les falló la puntería. El Oviedo se encomendó al trabajo defensivo y salvó un partido que puede ser clave en su pelea.