Toca levantarse, resurgir de nuevo. Pero ahora sin colchón, sin margen. No le queda otra al Hércules, que está a un error de despedir la temporada con un fracaso histórico. Pero se aferra el conjunto de Manolo Díaz a las cuentas y al hecho de depender de sí mismo. Dos victorias le meten en Primera RFEF. No le valen otros resultados si quiere cumplir su nuevo objetivo. Lleida y Llagostera le esperan con ganas de mandarle al infierno, pero el Hércules, tantas veces muerto este curso, reniega de la lógica.
La final de las finales arranca esta noche ante el Lleida. Una derrota deja al conjunto alicantino sin opciones. Así de duro. Un empate le permitiría llegar con vida a Llagostera, pero sus opciones serían muy remotas. La debacle ante el Cornellà mandó al traste la reacción y dejó en nada aquellas tres victorias consecutivas. Precisamente, Manolo Díaz se aferra a aquel triplete de triunfos para repetir sensaciones en los próximos 180 minutos.
El Lleida es el primer rival que aparece en el camino. El conjunto catalán también necesita ganar en el Rico Pérez para seguir con vida, por lo que se espera un partido a tumba abierta. Manolo Díaz recupera efectivos. Ha llegado el momento de forzar y Raúl Ruiz, superada su lesión, tiene todas las papeletas para reaparecer antes de tiempo y blindar el lateral derecho. Javi Pérez y Appin, ya descartado hasta el final, se lo pierden por sanción y lesión.
Manolo Díaz hará algún cambio, aunque el bloque será muy similar al de las últimas semanas. El técnico podría oxigenar el once con la entrada de Buenacasa. El resto del equipo será muy parecido al del pasado sábado ante el Cornellà. Levantarse del batacazo y llegar con vida a Llagostera es el reto de un Hércules que ahora sí coquetea de lleno con el descenso.