Luis Suárez vivió en el Sánchez Pizjuán uno de sus partidos más incómodos desde que está en el Atlético. El equipo ha decaído en su juego con el paso de la temporada, y en los últimos meses le cuesta mucho más generar fútbol ofensivo y pisar el área rival. Y el uruguayo es el que más se resiente de ello.
Un goleador nato, que con 19 tantos en Liga ha comandado la delantera rojiblanca desde su llegada, pero desde el primer día con la premisa de Simeone de acercar al equipo y los balones al área, donde hace más daño. Algo que no está sucediendo en los últimos partidos. El conjunto rojiblanco es más débil atrás, y la medida para intentar proteger a Oblak ha pasado por replegarse sobre su área, lo que implica que el equipo se cierre en campo propio.
Y a tantos metros de la portería rival, Suárez sufre. Sin la velocidad de antaño para correr al espacio, el uruguayo es capaz de dar una salida al equipo de espaldas, donde es un maestro sacando faltas o jugando de cara con el compañero, pero las ocasiones de gol escasean. Ya ocurrió en la eliminatoria contra el Chelsea y en Sevilla volvió a pasar. El Atlético se ve dominado por el rival, sin capacidad de salir de la presión más allá de pelotazos y el único foco de Lemar, y las opciones de ver puerta para el ‘9’ se reducen radicalmente.
Suárez tan sólo gozó de una ocasión de gol, nada más comenzar la segunda mitad, donde Lemar encontró a Correa por banda y el argentino puso un gran centro con el exterior que no alcanzaría el uruguayo por centímetros. En el descuento le devolvería el envío con un gran pase para dejar a Correa mano a mano, pero el remate del ‘10’ lo repelió Bono con la pierna. Esa gran maniobra de Suárez, controlando el buen pase al espacio de Herrera, girando y encontrando a su compañero, fue su pase número 14 en el partido (de 16 intentos, un 87,5% de acierto) y el noveno que pudo dar en campo rival.
19 goles en 35 remates a portería
El ariete se marchó sin rematar en todo el partido, ningún disparo para poder probar a Bono, ni a portería, ni fuera, ni despejado por algún zaguero. Pero, además, vio su quinta tarjeta amarilla en Liga que, salvo un recurso del club que sea aceptado por el Comité de Competición, le impedirá jugar contra el Betis. Una jugada donde fue objeto de falta y tras ser señalada intentó quitarse de encima a Acuña, que buscaba encararse con él. Gil Manzano castigó la acción amonestando a las dos para incredulidad del delantero.
La falta de producción ofensiva del Atlético está afectando a los números del equipo y en especial al suministro de balones a su nueve. En el partido anterior de Liga, Suárez dio la victoria al Atlético contra el Alavés con un gran cabezazo a centro de Trippier en un partido donde pudo rematar un total de dos veces. El uruguayo ha brillado durante toda la temporada por su acierto de cara a puerta, con un porcentaje espectacular de productividad cuando remata en dirección red. Suma 19 tantos en únicamente 35 disparos a portería. Pero para marcar necesita que el equipo genere juego de ataque en el campo rival. Ante el Sevilla vivió una dinámica que se ha producido en los últimos partidos, donde cada vez le resulta más difícil probar su disparo. Si el Atlético quiere ser campeón, deberá volver a encontrar a Suárez en el área rival.