Shinji Okazaki no es un jugador más del Huesca, el japonés es la estrella de los azulgranas y sin él los oscenses lucen menos. El delantero se lesionó en el Martínez Valero y se perdió la convocatoria con Japón, a la que volvía tras un año fuera de las listas. Desde entonces el crack azulgrana tiene entre ceja y ceja el partido contra el Real Madrid como objetivo y parece que el nipón llegará a tiempo.
Okazaki fue el máximo goleador del Huesca la pasada temporada y los oscenses lo han echado mucho de menos. Sus desmarques continuos y su asfixiante presión a la defensa contraria son claves en los planes de Míchel. Para el entrenador, el atacante asiático es un fijo, y aunque Sandro Ramírez ha cumplido en la ausencia del japonés, los oscenses quieren recuperarlo tras haber caído a puestos de descenso.
Otro fijo en los planes del técnico es Mikel Rico. El centrocampista vasco dio positivo por COVID-19 en la previa del choque ante el Valladolid y se perdió también el encuentro frente a la Real Sociedad. Tras diez días el jugador pasará de nuevo los test para ver si puede estar disponible para jugar ante el Real Madrid. Un refuerzo que recibirían los azulgranas con los brazos abiertos y con el que intentarían dar la campanada ante el Real Madrid.