Las dudas y bajas en el centro del campo abren las puertas del once inicial a Óliver, que no ha sido siempre titular pero valora positivamente su estreno en Nervión.
¿Cómo anda el Sevilla?
El equipo está bien, lo afrontamos con ganas e ilusión. Sabemos que es una competición importantísima para el Sevilla, le ha dado mucho. Y esta vez no hay tregua: cada partido será una final.
¿Asusta que la Roma no haya perdido en tantos partidos?
La Roma viene en una dinámica muy positiva, pero nosotros tampoco hemos perdido en 11 encuentros. Será un gran partido y espero que seamos nosotros los que ganemos.
Hay gente que piensa que igual el equipo ha desconectado algo con las vacaciones.
La mente necesitaba un descanso, aunque fuera activo. No creo que sea una desventaja haber estado de vacaciones. Estos días de vuelta, además, hemos trabajado muy bien. Llegamos como debemos.
Usted conoce bien a Lopetegui, su gran valedor porque ya le tuvo en el Oporto. ¿Aprieta?
Es un entrenador intenso, exigente… primero consigo mismo y luego con el grupo. Con su tensión nos mantiene alerta. Cada detalle cuenta y ya desde el entrenador nos están metiendo ese gen competitivo. Si partimos de eso el resultado final tiene que ser bueno.
¿Cómo valora, a falta de este torneo, su temporada de regreso a España?
Llevaba mucho tiempo fuera. Ha sido volver a reencontrarme con la competición y sus aficionados. La gente me había perdido la pista. Ya dije que venir al Sevilla era un gran paso para mí, no sólo a nivel personal sino también deportivo. He crecido mucho.
Ha jugado en muchas posiciones distintas con Julen.
Es positivo, porque eso quiere decir que el entrenador confía en ti. Pero Lopetegui también es consciente de que me siento más cómodo de interior, al lado del mediocentro, donde mejor fútbol he hecho. He competido junto a Banega, que para mí es el mejor mediocentro de LaLiga española, y he intentado aprender todo lo que he podido de Éver.
¿Se ve como sustituto de Éver el próximo año?
Los jugadores no se sustituyen, cada futbolista es diferente. Banega ha dado mucho al Sevilla y sabemos de su capacidad pero nos tenemos que quedar con sus enseñanzas y las alegrías que nos ha dado. Todo pasa. Siempre decían que cuando no estuviera Ronaldinho el fútbol iba a ser otra cosa y han venido otros grandes jugadores. Creo que en Nervión hay mimbres para poder seguir ganando.
¿Espera usted ser más veces titular?
Tuvimos un año que a nivel colectivo ha sido de los mejores de mi carrera, y yo miro siempre primero eso, lo colectivo. Intento dar la mejor versión de mí mismo y poner un granito de arena. Tengo sueños grandes: me encuentro a cuatro partidos de poder levantar un título.
¿De verdad ve posible ganar la Europa League?
Lo visualizo y lo sueño. Ya no por nosotros, sino para toda la afición del Sevilla, porque ha sido un año complicado por la pandemia y si son más felices, que se olviden por un momento de todo lo que ha pasado.
Es la competición fetiche.
Cuando se habla de Europa League se habla del Sevilla. Esta competición posicionado al club a nivel europeo, estoy seguro de que nadie quería enfrentarse a nosotros. Dicen ‘cuidado que es el Sevilla’.
Y a usted, ‘cuidado que viene Óliver’ (Atom).
(Risas). Me llamaron Óliver por los dibujos, porque se empeñó mi hermano mayor, así que es una buena referencia. Siempre lo veía de pequeñito, me gustaba su historia. Óliver Atom era un chico cuyo sueño era ser futbolista, que siempre estaba con el balón en los pies, al que le ilusionaba dar patadas a la pelota. Hasta se lesionó un hombro, y ahí precisamente ha sido la peor lesión de mi carrera. Quiero ganar muchas finales, como él.